Delicadeza pagana

Autóctona y moderna, esta extraordinaria casa de verano fue concebida comouna escultura suavemente adaptada a los lineamientos topográficos.

Casas 07 de noviembre de 2013 Espacio&Confort

Naxos es la isla más grande del archipiélago de las Cícladas. Este archipiélago está situado en el centro del mar Egeo (es decir, en la parte del Mediterráneo comprendida entre Grecia y Turquía) y debe su nombre a la forma circular que lo define en torno a la mítica isla de Delos (en la que Leto dio a luz a Apolo y a Artemisa). El paisaje es de cuestas abruptas. Una vegetación disciplinada por un sol enérgico y el soplo de un viento sostenido enrarecen la mayor parte de las islas que lo conforman. De entre ellas, Naxos es la más fértil (conocida por sus cultivos de olivos y sus vides) y, por voluntad de sus nostálgicos habitantes, es también la menos turística. Es curioso; la misma actitud que ha llevado a los naxianos a no fomentar el turismo se refleja en la amorosa custodia ejercida sobre sus edificaciones y su entorno, dándose así el paradójico caso de que con sus empinadas callejas de mármol, sus templos de orígenes remotos, sus casas típicas y sus paradisíacas playas, es al mismo tiempo, la más bella y la menos frecuentada de las Cícladas.{gallery row=1 col=1 width=225 height=225}/revista113/arq/exterior Encaramada en una de sus rocosas laderas, señoreando nada menos que 9.000 m², la casa de verano creada por los arquitectos Ioannis Baltogiannis, Phoebe Giannisi, Zissis Kotionis, Katerina Kritou y Nikolaos Platsas para una familia de origen francés de animada vida social, fusiona los rasgos distintivos de una arquitectura inconfundiblemente propia con los de aquella que hemos dado en llamar moderna o contemporánea, cuya influencia sobrevuela sin dudas idiosincrasias y fronteras. Tal fusión, vale aclararlo, no entraña rispideces. Se sabe y, aunque no fuera así bastaría con detenerse a mirar para comprobarlo, que pese a que la arquitectura moderna impugna (no sin cierta inocencia) la alusión a movimientos históricos anteriores, en los hechos, sus similitudes con la arquitectura griega clásica son notables. Esto es evidente en el predominio de la planta rectangular, la incorporación de los avances tecnológicos como principio, la austeridad y sobriedad jónicas, la predominancia de la función sobre la forma y, en fin, la composición volumétrica. Así, la geometría rectilínea de esta casa de fachada de estuco blanco parece suponer la de los templos, o, más bien, ser su moderna síntesis. Es por eso que la prolongación de los muros de las habitaciones unidos por paneles de vidrio que esconden su materialidad a la vez que permiten la entrada de la luz, la hermanan con los característicos pórticos de la tierra de Zorba no menos que con cualquier obra de Mies van der Rohe.

Obedeciendo a los mandatos del terreno, vista de perfil la vivienda misma parece una escalera con descansos. En el primero de ellos se disponen una zona social que alberga cocina-comedor, estar y toilettes, pero también, en otro orden de cosas, la suite principal, dos habitaciones y una especie de estudio para huéspedes. En el segundo, la piscina es protagonista, aunque tras la amplia faja abierta que resuelve diferentes espacios sociales semicubiertos, vuelve a presentarse una suite, otra cocina-comedor y otro living. El tercero es el techo- terraza sembrado con plantas nativas con el fin de lograr una mímesis con el entorno. Una amplia escalinata exterior oficia de vínculo principal entre todos los descansos de la vivienda evocando una imagen de Grecia que sería de manual de no haber sido rediseñada de acuerdo a ciertas coordenadas que le imprimen un aire futurista de películas posapocalípticas. Por eso, la baja cerca de piedra que delimita el perímetro de la propiedad transmite la aridez terrosa del entorno; a ella se llega remontando un sinuoso camino extrapolado de las narraciones de peregrinos; del mismo ensueño provienen la blancura infinita de las paredes y cielorrasos, las lucernas cenitales, el gris cementicio y lustroso que vincula las aguas de la suntuosa piscina con la explanada y las áreas semicubiertas y, sin agotar la serie, los interiores casi vacíos, despojados de cualquier lujo que no provenga de la luz o de la sugestiva incidencia del paisaje. Para favorecer el encuentro de la vivienda y sus habitantes, el mobiliario es escaso y monocromático, su modernísima estela off-white es apenas enternecida por la rusticidad de la madera de alguna mesa perdida. La iluminación es oculta, la ausencia de ornamentación excepcional, el protagonismo de la estructura y la incitación al paganismo (en el sentido etimológico del término: habitante del campo) delicada y rotunda.

Fotos: cedidas por el arq. Nikolaos Platsas
Texto: María Soledad Franco

[ PROYECTO ]
Arqs. Ioannis Baltogiannis, Phoebe Giannisi, Zissis Kotionis, Katerina Kritou, Nikolaos Platsas
Colaborador: Rodiani Kapiri
Ingeniería estructural: Rodiani Kapiri

[ INFORMACIÓN ]
Tipo de proyecto: Vivienda Unifamiliar
Ubicación: Naxos. Grecia
Superficie del terreno: 8990 m²
Superficie cosntruida: 360 m² Año: 2012

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