Encuentro con el disfrute

Aunque Costa Esmeralda es un balneario de creación bastante reciente (si se lo compara con Mar del Plata o Villa Gesell, por ejemplo) a esta altura ya es conocido como paraíso en el que la belleza de lo natural adquiere un mayor valor cuanto más virginal es su estado. Debido a esta escala de valoración que, tras una larga hegemonía de lo artificial, parece verificarse en el presente en casi todo el mundo, y que va de la mano de una arquitectura que intenta reconciliar al hombre y al planeta, si el lector de esta nota se hace una escapada hasta allí (queda a 11 Km. de Pinamar) lejos de encontrarse con árboles podados en forma de corazón y terrenos aplanados sobre los que se erigen chalets californianos, se encontrará con playas inmensas, médanos y bosques a los que las casas, siempre modernas, se amoldan.
Sumándose al espíritu del lugar, en el barrio Residencial 1, los arquitectos Martín Distefano y Griselda Rodríguez diseñaron esta casa para un matrimonio con dos hijas con la idea de atrapar todas las vistas y la luz del sol, resguardando la privacidad de los ocupantes. Con este fin, la fachada se cierra hacia la calle mostrando su cara más abierta hacia el jardín interno.
La casa está formada por volúmenes simples pero contundentes horadados por ventanales y el hecho de que el revoque texturado en tonos terrosos se combine con el revestimiento en piedra, confiere movimiento al conjunto coronado por la madera de la puerta principal. Piedra, revoques texturados, madera, vidrio y aberturas de aluminio; materiales durables, seleccionados con un criterio que sintetiza funcionalidad y estética que hará estallar toda su potencia expresiva en los interiores.

La vivienda tiene dos plantas. Conforme a la ajetreada vida social de la familia que acostumbra a recibir con asiduidad parientes, amigos del matrimonio y amigos de la hijas, se decidió que la suite matrimonial y un habitación extra (para servicio o para huéspedes mayores para los que las escaleras causaran molestias) se ubicaran en la planta baja, mientras que en la alta se dispusieron 3 dormitorios que comparten un amplio baño dividido en ante baño, sector para ducha y sector de servicio.
La distribución es perfecta para el estilo de vida de la familia, sobre todo si se tiene en cuenta que, en realidad, las estancias de la planta baja se alinean de tal forma que llegan a constituir dos bloques que, sin menoscabar la fluidez de las circulaciones, aíslan los dormitorios en ella ubicados. Así, hacia la derecha, el hall distribuidor nos conduce directo al comedor–estar integrado que, por medio de una barra-desayunador se conecta también a la cocina ubicada al nivel de la entrada pero oculta a los ojos por el muro del hall. Este bloque social se completa con la galería semicubierta con parrilla y baño propio con la que, gracias a los grandes paños vidriados corredizos (que además se embuten en las paredes laterales, desapareciendo por completo el límite entre exterior e interior, integrando así el parque a la casa y viceversa) y a la extensión del piso de porcellanato, se establece una continuidad sin fisuras. Este espacio, dicho sea de paso, funciona en los días cálidos como centro privilegiado de reunión. A la izquierda el hall nos conduce al toilette, la habitación de servicio/huéspedes y luego a la suite con el vestidor y una placentera vista al parque trasero.

Si, como se ha señalado, los materiales han sido escogidos con arreglo a su funcionalidad, lo cual involucra aspectos como la resistencia y una baja inversión de esfuerzo y dinero en mantenimiento, al combinarse con los muebles logran un resultado en términos estéticos que es, al mismo tiempo, de elegancia, calidez y buen gusto. Para ello, con la cooperación del revestimiento en piedra en algunas de las paredes de las áreas sociales y los tonos terrosos del resto, las sillas y sillones de Seagrass y madera del estar-comedor, las rústicas banquetas acomodadas en torno a la barra-desayunador de la cocina o los coquetos muebles de la galería-parrilla, alcanzan y sobran.
En las habitaciones gobierna el mismo principio: una pared de color, el respaldo prominente de una cama, bastan para crear un lugar acogedor en tanto y en cuanto desde el diseño se ha asumido que la luz del sol y el paisaje harán el resto.
Porque cada decisión arquitectónica, selección de materiales o elección de mobiliario se revelan aquí como guiados por el propósito de brindar un espacio que permitiera a sus habitantes desarrollar su vida lo más felizmente posible, la casa creada por los arquitecto Martín Distefano y Griselda Rodríguez promete, sin dudas, un encuentro cotidiano con el disfrute.•

Fotos: Diego Medina
Texto: Soledad Franco

[ INFORMACIÓN ]
Tipo de proyecto: Vivienda unifamiliar
Ubicación: Costa Esmeralda
Sup. del terreno: 1133 m²
Sup. construida: 315 m²

[ PROYECTO y DIRECCIÓN ]
Arq. Martín Distefano y Griselda Rodríguez
Av. Bunge 1453. Pinamar
Te: (02254) 492646
[email protected]
www.distefanoweb.com.ar