Sinfonía en blanco y más

Las vistas panorámicas al histórico Templo del Diente de Buda (*), el lago Kandy y las montañas distantes, son los únicos límites que posee esta soberbia propuesta, de una apertura y desahogo excepcional.
En el aprovechamiento de este privilegio, el matrimonio de arquitectos Channa y Jeeva Horombuwa, trazaron un proyecto al cual, idóneamente, se le combinó confort, funcionalidad y luz natural a raudales.
Como resultado: una obra escultórica de lectura contemporánea con evidentes notas minimalistas
La desafiante topografía del predio – un lote escarpado – dio lugar a la concepción de un juego dinámico de volúmenes, con aberturas de gran escala, que conforman ámbitos desarrollados sobre diferentes niveles.
De esta manera, se materializó un nuevo horizonte habitable donde la luz natural y la naturaleza con sus cambios de estación, modifican los espacios. Este permanente contacto con el exterior enriquece el vivir de sus moradores, el matrimonio Aluvihare y sus tres hijos.
Mejorando aún más la cualidad escultórica de esta residencia y enmarcando las insuperables vistas hacia el Templo, en el jardín delantero se yerguen dos frondosos sal o shala, árboles nativos de Asia.
La fachada del frente se convierte en un espectacular mirador a través de la absoluta transparencia de sus grandes planos vidriados. Muros virtuales que difuminan los límites entre el exterior y el interior, permitiendo el paso de la luz natural. Cálidos rayos de sol que en su recorrido durante el día, penetran silenciosamente en los rincones más oscuros sin toparse con muros infranqueables.
Parte de la cubierta que remata esta residencia fue parquizada, donde el verde intenso del césped no sólo se transforma en una mullida y fresca alfombra para acoger todo juego infantil, sino también en una conexión visual con el entorno vecinal.

Un espacio con el cielo azul de Kandy como techo, vinculado al área de la piscina por medio de una escalera de acero por un lado y, por el otro, a la terraza. Un ámbito más al aire libre hacia donde se extiende el estar, ofreciendo diversas posibilidades para una apacible pausa en soledad o en amena compañía.
La arquitectura interior fue todo un desafío. Se movilizó un concepto inicial que apuntó a la optimización de los espacios, de la luz natural, de las envidiables vistas panorámicas y de los elementos.
Se buscó que su diseño interior y equipamiento fuera acorde a las necesidades y gustos de sus propietarios. Así, se capitalizó la belleza de una caja completamente blanca, incorporando todo trabajo cromático en los objetos que conforman cada área.
El estar se destaca por su imponente doble altura, dirigiendo todas las miradas hacia el exterior. Un ámbito que se abre hacia un deck de madera, prólogo de un espejo de agua – piscina – de original diseño.
El comedor se unifica visualmente con el estar por medio de la continuidad del solado de madera de teca, cuyo color quiebra la monotonía absoluta del blanco de la caja.
A partir del blanco neutro de las paredes se aportó, con inteligencia, ricas tonalidades de beige y marrones a través de textiles con motivos geométricos, que se mezclan con piezas de depurado diseño en madera natural clara. Una manera de hacer intemporal el aire de esta casa.
Una residencia de indiscutible ligereza y simpleza formal, en absoluta consonancia con la vida de sus ocupantes: natural y al aire libre.~
(*) Un complejo de templos situados en la ciudad de Kandy, la capital de las montañas del país insular de Sri Lanka. En el interior del santuario se atesora una de las más importantes reliquias del budismo: el canino izquierdo de Buda.

Texto: Dis. Int. Ana Thorschmidt

PROYECTO
Arq. Channa Horombuwa
Arq. Jeeva Horombuwa
546, Peradeniya Road, Kandy, Sri Lanka
www.architectssrilanka.org