Menos siempre es más

Los orígenes de la corriente llegan al continente desde Europa, de la mano de uno de sus principales referentes, el arquitecto Ludwig Mies Van Der Rohe.
Lo que conocemos como minimalismo actual, se hace fuerte a partir de la década del 60 en Estados Unidos, influenciado también por el diseño tradicional japonés.
En la filosofía del minimalismo “todo es parte de todo”, la importancia del entorno predomina ante las partes y construir cada espacio con el mínimo número de elementos es lo más importante. Para lograr este efecto, debemos buscar ambientes despojados de ornamentos, monocromía absoluta en suelos, techos y paredes y aportar el contraste con los componentes funcionales elementales para cada ambiente. El color es muy importante para resaltar algunos detalles.
Este tipo de decoración es muy común en dormitorios, ya que genera un entorno sumamente armónico y apacible, ideal para dormir o descansar.
Podemos utilizar porcellanatos, mate o pulidos, de colores plenos, mobiliario de líneas puras, vestir la cama sencillamente y colocar un almohadón que se destaque.

En la cocina debemos tener extremo cuidado de no agregar detalles de decoración de otros estilos, nada de adornos, nada que quiebre el clima racional.
Suele ser una buena opción reemplazar guardas por varillas de metal, en tonos plata o cromados, para incluir un pequeño detalle sobre el revestimiento de la pared. Utilizar piezas cerámicas de gran tamaño y preferentemente de formato rectangular, es muy común en estos ambientes.
Algunos de estos recursos son utilizados también para baños, donde se suele diferenciar grandes planos de colores plenos, sobre sanitarios y griferías de líneas simples.
Este estilo es ideal para personas que adoran ambientes descargados y relajantes, pero que no quieren privarse de dar ese toque personal que define nuestra personalidad.~

Fuente: Cerámicos La Plata
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