El estar

Este ámbito debe ser un espacio despejado, sin demasiados muebles niobjetos, donde se pueda circular libremente sin obstáculos que nos puedanocasionar un doloroso tropezón… El estar de este milenio, además del área más social de nuestro hogar,

Feng Shui 20 de enero de 2010 Espacio&Confort
Teniendo en cuenta la diversidad de actividades que se desarrollan en esta estancia, habitualmente, de mayor escala que las del resto de la casa, resulta importante que disfrute de un buen Feng Shui ya que influirá en el bienestar de toda la familia.
Lo ideal, seria que esté ubicado en la parte delantera de la vivienda, seguido al vestíbulo, cerca de la puerta principal, para beneficiarse directamente del intenso flujo de energía chi que entra a nuestro hogar.
Debe ser un área acogedora, confortable, contar con una buena iluminación, tanto natural como artificial, muebles de asiento cómodos y una combinación armónica de colores, texturas, formas y materiales.
Este ámbito, muy vivenciado a diario, debe ser un espacio despejado, sin demasiados muebles ni objetos, a fin de que, no solo nuestras posesiones mas preciadas sean expuestas con orgullo y tomen protagonismo por si solas, sino también, que podamos circular libremente por este recinto, sin obstáculos que nos puedan ocasionar un doloroso tropezón…
No olvidemos que, como nos movemos por este ámbito, de igual manera lo hace la energía vital chi. Si ésta encuentra desorden o acumulación de objetos en el camino, simplemente detiene su paso, estancándose, generando una atmósfera que nos impide relajarnos o permanecer por más tiempo.
El estar, es el lugar perfecto para exponer, por ejemplo, nuestras colecciones de arte o antigüedades, fotografías de momentos divertidos con amigos o retratos de familiares que “sonríen” realzando así la sensación de cohesión en el ambiente.
Dispongamos el mobiliario de forma tal que, al igual que la energía chi, podamos movernos cómodamente.
Los asientos, tal vez, sean los muebles más importantes de este sector.
Su disposición influye en la atmósfera de todo el recinto. Intentemos colocarlos alrededor de un punto focal, como alrededor de un hogar a leña, donde casi todos nos sentimos automáticamente atraídos por el calor y la luz de su inquieto fuego, que no solo energiza una habitación sino, además, crea un ambiente íntimo y acogedor.
Y, llegado el caso que no tenemos una chimenea, ubiquemos los sofás o sillones alrededor de una mesa baja, redonda u ovalada,  para estimular las conversaciones amenas e interesantes, generando de esta manera, un clima cálido y armonioso favoreciendo una buena interacción entre todos los ocupantes de la casa.
En cambio, evitemos, en lo posible, que los asientos queden de espaldas a una puerta, ya que las personas que estén sentadas de este modo, se pueden sentir incomodas al experimentar una sensación de inseguridad.
Los sofás y sillones deben ser preferentemente redondeados en cuanto a su forma.
Los sillones de formas curvas, no solo son fluidos y orgánicos, estimulando la sociabilidad, sino también, suavizan la arquitectura cuadrada del espacio, como por ejemplo, un sillón de forma de luna o abanico, que denota movimiento y simboliza el mundo natural.
Los diseños sencillos y amplios invitan a relajarse y proporcionan “un oasis de intimidad” para dormitar, haraganear escuchando un buen CD o leer placidamente un libro.
Por esta razón, es preciso escogerlos detenidamente. Probar su comodidad, sentándonos por un instante antes de consumar su compra.
El televisor, que suele ocupar la posición central de esta área, debería estar ubicado lejos de los muebles de asiento, en especial, de aquellos donde permanezcamos por mas tiempo, ya que el campo electromagnético que emite, ejerce un efecto negativo en la energía de la estancia y, además, de quienes la viven a diario.
Una posible manera de reducir su efecto nocivo, es disponer algunas plantas – lazo de amor o vistosos cactus – a un costado del televisor para que absorban su energía.
Las flores frescas también pueden aportar energía a la zona del estar, pero no olvidemos de cambiar el agua de sus contenedores todos los días y, cambiar las flores, cuando éstas se marchiten.
El hecho de decorar este ámbito con diferentes colores y texturas de manera equilibrada, crea un espacio interesante para distenderse que no solo resulta agradable a la vista sino también, despierta los sentidos, en particular, el tacto.
Tratemos de que en este sector, como en las demás estancias de nuestro hogar exista una combinación armónica de elementos, formas, colores, materiales y texturas, ya que pueden influir en el modo que el chi fluye por éste.
Los objetos con textura suave, mullida o rugosa, como una alfombra de fibras naturales o un tapizado de terciopelo, tienen cualidades yin, generan ambientes tranquilos que pueden sosegar nuestro espíritu.
En cambio, los objetos duros y brillantes, como un cuenco de madera o de porcelana, un espejo o un suelo de mármol o granito pulido, tienen características yang, activan la atmósfera del espacio, ideal para cuando solemos sentirnos algo letárgicos.
Cuando tenemos una vista extensa desde una ventana, nuestra atención tiende a dispersarse en el horizonte y nuestra energía tiende a disminuir si estamos concentrados en alguna actividad que requiera nuestra atención.
Para atraer de vuelta nuestra atención al interior, y ayudarnos a estar mas focalizados en lo que estamos haciendo, ubiquemos plantas en los alfeizares o, si la ventana se abre a un pintoresco jardín, coloquemos plantas en el exterior que de alguna manera  actúen como marco natural de la ventana.
El exceso de energía proveniente de la luz, el calor o el sonido hace que un espacio se sienta menos acogedor.
Las cortinas son una interesante alternativa para regular  la entrada de energía a una habitación.
Hoy en día, podemos emplear cualquier material para tales fines: desde un fino terciopelo hasta cortinas de junco o esterilla.
El peso del material y la trama que elijamos, influirá en el aislamiento térmico y acústico que queramos dar a una estancia -  tanto en controlar la ganancia de calor en verano, como la pérdida de éste en invierno y, en especial, regular la entrada de sonidos molestos en habitaciones que den a calles muy concurridas.
Seamos mesurados al ubicar objetos en cada una de las estancias de nuestro hogar. No olvidemos que: “Poco es más”.~
Texto: Dis. Int. Ana Thorschmidt
[email protected]
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