Construir un centro cultural

La idea surgió del municipio. Lanús carecía de un complejo que centralizara el dictado de talleres de distintas disciplinas artísticas, así como de salas de primer nivel para espectáculos, muestras y exposiciones.
Se abrió entonces la convocatoria para que arquitectos titulados de toda la provincia imaginasen las características del edificio que va a levantarse en un vacío ubicado en la avenida 25 de Mayo, a dos cuadras de la estación de tren, en pleno centro y en el contexto de un tejido urbano heterogéneo de usos mixtos. Las bases exhortaban a conservar por lo menos la fachada de la casa que fuera la antigua municipalidad (declarada Patrimonio Histórico) ubicada en ese espacio. Los arquitectos Fernando Vignoni y Lorena Sánchez (colaboraron también la arquitecta Maricarmen Comas y la asesora en diseño del paisaje María Luz de Irigoyen), dejaron constancia en la Memoria Descriptiva de los conceptos que les valieron el primer puesto entre tantos buenos proyectos.

La propuesta arquitectónica partió de considerar “los diferentes programas que intervienen en el centro cultural según sus usos específicos”. Así, cada paquete funcional quedó ubicado en un volumen aparte: la Administración, la Biblioteca Municipal, el Centro Cultural en sí (formado por la Sala Principal y Microcines) y el Instituto de Artes. Además se reservó un espacio para estacionamiento y playa de descarga.
El objetivo: crear un edificio de inclusión, participativo, con claro carácter permeable, generando una fluida comunicación de diversos usos e impulsando la rejerarquización del centro urbano como polo de oferta cultural de calidad.
La planta baja es “la superficie de conexión y circulación que actúa de nexo, priorizando la creación de vacíos de jerarquía y mitigando el impacto de escala en el sitio”. Se accede al complejo mediante una plaza seca; el hall principal comparte las funciones de uso masivo como la confitería y las salas de exposiciones y desde allí se accede al pulmón de manzana, donde se ubicará una plaza de usos múltiples especialmente pensada para espectáculos al aire libre. En el interior se comunica con el vacío vertical que relaciona la circulación del Instituto de Artes con el Centro Cultural. Los arquitectos destacan “la lectura de transparencia visual desde la acera hasta la plaza de usos múltiples” como un punto clave del proyecto.
La plaza de acceso está enmarcada por la antigua municipalidad, que quedará tal cual (albergando la administración) y la Biblioteca Municipal. La Sala Principal y Microcines componen un único volumen y se ubican por debajo del nivel de la plaza de acceso (óptima solución si se tiene en cuenta su función esencialmente ciega y de alto resguardo acústico) en directa relación con el hall de entrada, permitiendo la circulación fluida del público, dada su capacidad para1200 personas. El Instituto de Artes (de 4 niveles) se ubica en el centro del terreno definiendo los límites de los vacíos urbanos creados. Su importante retiro de la línea municipal mitiga el impacto urbano, armando el telón principal de la fachada de acceso y el telón secundario de la plaza de usos múltiples. El estacionamiento y la playa de descarga estarán en el subsuelo.
En cuanto a la piel exterior, la separación se materializa con vidrio únicamente, (carpintería de aluminio con doble vidriado hermético compuesto por vidrio de seguridad con filtro UV exterior y vidrio Low E interior para aumentar el aislamiento térmico) con paneles corredizos que permiten el oscurecimiento interior de acuerdo a las multifunciones en los talleres. La estructura portante es de hormigón armado, lo que influye notablemente en los costos. Otras soluciones también apuntan a la sustentabilidad del proyecto: por ejemplo, la generación de un techo verde como control térmico, la incorporación de paneles fotovoltaicos y la reutilización de agua de lluvia para su uso.
La tendencia, cada vez más adoptada, consiste entonces en una arquitectura de diseño contemporáneo que da su lugar al cuidado del medio ambiente y contempla la funcionalidad (de ahí las plantas flexibles y divisibles según los requerimientos educativos), el ahorro energético y el bajo mantenimiento.~

Fuente: Secretaría de Planificación Urbana Obras Públicas y Servicios.
Ing. Héctor Bonfiglio. Gestión Dario Díaz Pérez