Asombrosa naturalidad

Hay que decirlo porque a veces, confiando en la locuacidad de las imágenes y tratándose de una vivienda (es decir de un lugar construido para ser habitado por personas, que implica por lo tanto un género de vida o modo de vivir), olvidamos mencionar algo que es información substancial para aquellos interesados en adquirir una o admirar la ajena: hay casas que son espectaculares. Esta es una de ellas. Bella, sobria y confortable hasta en el más mínimo detalle, lo más interesante es que el conjunto que Ud. puede ver en las fotos se ha conseguido utilizando elementos de bajo mantenimiento, sin alardes tecnológicos y con economía de recursos.

La idea –según cuentan los arquitectos- fue desarrollar, respondiendo a una inquietud del cliente y a las características del entorno, una casa en dos niveles bien diferenciados. Así, se pensó en una planta baja preferentemente “libre” que funcione como área de recepción, con espacio cubierto para alojar los autos y que sirva además como quincho. Esta es una zona que, con sus grandes superficies vidriadas se expande hacia el parque (y permite asimismo la expansión de sus habitantes), generando la impresión de que éste es parte del interior desde el cual, por otro lado, se lo contempla. En la planta alta, en cambio, se despliegan la totalidad de los espacios correspondientes a una vivienda “tradicional”: un estar – comedor en la parte posterior, que como no podría ser de otra manera también da al parque, y un sector de dormitorios hacia el frente, ambos articulados por un patio verde cuidadosamente diseñado y mantenido con esmero.
De esta forma, hay una parte de la vivienda más pública y dinámica relacionada con la naturaleza y una parte más privada e íntima, lo cual permite usos alternativos y simultáneos.

El patio en el centro y el parque que la rodea hacen sistema con la vegetación lindera, y a partir de esto, sumado a las decisiones que se tomaron en relación a la estructura (entrepiso sin vigas, columnas redondas y pocas, grandes vuelos sin apoyos) se obtiene como resultado formal la imagen de “una vivienda que flota en el paisaje”, una imagen de liviandad que contrasta con la solidez de sus cimientos y de los materiales utilizados.

En este sentido, la materialidad de la vivienda se trabajó dando lugar a la expresión de los componentes en sí, netos, con el objetivo de lograr una mayor discreción y armonía. Por otra parte, este objetivo se alcanzó utilizando elementos que, como ya se dijo, implicaban un bajo costo de mantenimiento. A saber: hormigón a la vista, alternado con muros en ladrillo silma color gris componen la fachada y la mayoría de las paredes de la planta baja; para las habitaciones de la planta alta se prefirieron las paredes blancas y las revestidas en madera. El mismo revestimiento puede verse en la escalera y en la sección de la cual es protagonista. Los pisos se confeccionaron en cemento alisado, en el mismo color que las columnas que, dicho sea de paso, también engaman con el revestimiento en venecitas (blancas, negras y cemento) que hermosean la mayoría de los baños y el área de cocina. La carpintería es de aluminio anodizado con DVH; la carpintería en general y los emplacados que visten paredes fueron hechos a medida en madera de petiribí. El sistema de calefacción es por losa radiante lo cual permite que nada interrumpa la continuidad en las grandes superficies vidriadas de las que goza el inmueble, que también cuenta con un sistema individual de refrigeración. La decoración en general, apela a la elegancia y al mismo tiempo es cálida.
Por todo esto, si cualquier casa que vemos puede interpretarse como la expresión de una concepción más o menos particular (la del arquitecto que la realiza) de lo que es la arquitectura, esta casa es la expresión de una idea sobre el arte de proyectar y construir edificios que sostiene (y demuestra) la posibilidad de conciliar una vivienda de imagen y funcionalidad contemporánea (de acuerdo a los medios tecnológicos disponibles) y una relación armoniosa con el usuario y su forma de vida; el entorno y el paisaje. Eso sí, resuelto con la más asombrosa naturalidad.

Fotos: Leandro Arévalo

PROYECTO
Estudio Dos Arquitectos
Arq. Alejandro Goyeneche
Arq. Cristian Vodanovich
Arq. Federico Echeverría
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