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Obra del Estudio Marzullo, esta vivienda concilia lo clásico y lo moderno logrando un estilo de intensa personalidad.

Magnolia. Así fue bautizada la casa y la elección del nombre no podría haber sido más acertada: la flor y esta variante moderna del chalet clásico pensada como residencia permanente para una familia tipo comparten una belleza indiscutible y genuina. También es indiscutible la belleza de la localidad costera en la que las dunas, las dilatadas playas y el mar coexisten con pinos, aromos y acacias amparados por un código de ordenamiento urbano que, en su afán proteccionista, ha instaurado todo un estilo. El código estipula que los lotes deben ser grandes y que toda edificación debe estar rodeada de verde; a esta condición se agregan la inexistencia de medianeras y las callecitas sinuosas adaptadas a la topografía del lugar. El resultado es un paisaje de casas salpicadas en un bosque soberano. Magnolia fue diseñada con arreglo a estas coordenadas y extrajo de ellas todos los beneficios posibles. Eso explica que cada una de sus estancias se vea favorecida con las vistas del privilegiado entorno en el que se erige y también que en cada una de ellas se generen distintas sensaciones en función del modo de relación particular y específico que establecen con el afuera.

 
Es decir que la conexión con el entorno dota de identidad a cada lugar de la casa aun cuando, de acuerdo a las pautas con las que la arquitectura moderna responde a los usos y costumbres actuales, se ha priorizado la espacialidad y, por consiguiente, los ambientes indivisos e integrados. Función y forma son una y la misma cosa: el ingreso de la naturaleza se da, en parte, por medio de los paneles de vidrio que se destacan en la fachada, ventanales enormes bajo cuyo influjo (tan moderno como la idea de vincular interior y exterior) los techos en declive y los aleros sobresalientes que se elevan sobre el rectángulo revestido en piedra de la planta baja, modifican su esencia clásica para integrar el estilo equilibrado y personalísimo que se puede apreciar en las fotografías. En cuanto a la distribución, la planta baja es predominantemente pública, aunque por comodidad, a la vasta zona que integra cocina, comedor y estar se suma, con la marcada independencia que le otorga el hecho de tener un pequeño hall propio, el dormitorio principal con baño en suite y vestidor. El sector comedor/estar continúa en una galería semicubierta (mitad techo, mitad pérgola) en la que los pinos y el verde son protagonistas. Junto a la entrada principal, en el hall de acceso, nace la vistosa escalera de madera suspendida y envuelta en una caja de vidrio que conduce a la planta alta. 
La planta alta se arma alrededor de un playroom que vincula todos sus ambientes: balconea a la doble altura del estar sobre un borde mientras que sobre el otro alinea tres dormitorios: uno con baño en suite, los otros dos compartidos en semisuite. Al igual que cada área de la planta baja, el play está rodeado de verde gracias a los grandes ventanales y se expande hacia el frente y contrafrente a través de los balcones de la fachada. Este marcado equilibrio en el diseño de las dos plantas encuentra su correspondencia en la decoración, a cargo de Ivana Valdi, que no habría manera de mejorar. El cálido natural de las paredes del estar en el que los muebles de estilo se combinan con los modernos congregados alrededor del hogar revestido en piedra, todo cobijado por una araña que pende desde la doble altura; la mesa larga y señorial del comedor, acompañada por sillas Luis XV tapizadas en verde musgo, cuyas cabeceras han sido reservadas para asientos de un naranja más contemporáneo; la pinotea del cielorraso del mismo sector (obtenida del desarme de un casco de una estancia con más de 100 años de antigüedad y restaurada a la perfección) que se utilizó además en toda la planta alta, la escalera y el dormitorio principal, unificándolos y aportando su inigualable alcurnia; la cocina de un aire decididamente moderno definido en blanco, negro y acero inoxidable; también en blanco y negro los elegantes muebles de mimbre del exterior; el agradable vintage de los baños y el más colorido eclecticismo del playroom y de las habitaciones. Todo, absolutamente todo habla a las claras de una búsqueda estética que encuentra en el detallismo el modo de crear un estilo personal, dejar una huella propia en los transitados caminos de lo clásico y lo moderno. Todo se conjuga en esta casa que revela la belleza de una flor. 

FOTOS: Diego Medina
TEXTO: María Soledad Franco

[ PROYECTO ]
Estudio Marzullo
Calle Avellano y Divisadero, Loc 23. Cariló
Tel. (2254) 57 0794 / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
www.arq-fmarzullo.com.ar

[ INFORMACIÓN ]
Tipo de proyecto: Vivienda unifamiliar
Ubicación: Cariló
Superficie de la vivienda: 360 m²

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Arquitectura y decoración

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