Con puro aire campestre

En un predio de 8 hectáreas, a pocos minutos del centro de la ciudad de La Plata, esta propuesta se erige en un paraje rural donde predominan emprendimientos hortícolas. Un lugar que tiene ventajas obvias: la distancia prudente de los estímulos de la ciudad, el anhelado clima de sosiego y cierto carácter de campo. El paso de sus propietarios de una vivienda citadina a una de puro campo, demandó a los arquitectos Agustina González y Manuel González, especial cuidado respecto a preservar las condiciones naturales del lugar, como también la imagen que adoptaría el nuevo hábitat. Como resultado: una casa implantada en la parte central del lote, frondosamente arbolado, que se cristaliza en una sola planta, totalmente definida por un eje de servicio alrededor del cual se desarrollan las diferentes funciones. Como por ejemplo, el área privada – dormitorios – que mira hacia el este, teniendo como vista dominante el bosque que la rodea.
Un plano inclinado en voladizo, de chapa galvanizada, - elemento característico de toda casa de campo-, corona el sector social, prolongándose hasta conquistar un espacio semicubierto – galería. Un extenso recinto al aire libre vinculado directamente con las zonas de día. Además, bajo esta cubierta, se conforma el área de estacionamiento, que permite alojar, cómodamente, dos vehículos. Además, deja paso a un deck de madera que conduce a la entrada principal de la casa.

Por dentro y por fuera, se aprecia una obra donde el verde imperante es parte de su composición. Un acertado capricho, materializado a partir de soluciones muy contemporáneas y de buen gusto.
Sus interiores, de delicado equilibrio compositivo, hablan de las vivencias cotidianas de sus moradores. Un mix esencial y para nada afectado, con fuerte trazo de siglo XXI.
La sala de estar y el comedor conforman un único y luminoso ámbito. Un espacio que invita a compartir y disfrutar cálidos y amenos momentos con la permanente presencia del paisaje circundante.
En tonos neutros y elegantes, su decoración sigue la máxima: “Menos es más”, del arquitecto Mies van der Rohe – aquella que todo el mundo adora citar y pocos consiguen aplicar-. Su mobiliario, poco, bueno y sumamente confortable, acompaña impecablemente el estilo descontracturado del sector social. La cocina, con espíritu práctico y tecnología de punta, obedece a la afición culinaria del chef de la familia. Un espacio muy funcional que se abre al comedor para que, mientras el cocinero elabora exquisitas comidas, no se pierda nada de lo que acontece a su alrededor.En el sector de transición entre lo público y lo privado, se ubicó un luminoso estudio con una nutrida biblioteca. Un recinto muy funcional para la actividad que desempeñan sus dueños.
En el área de noche, íntima y acogedora, los dormitorios han sido tratados con la misma dedicación que con el resto de las estancias de la casa.
El dormitorio principal brinda un confort envidiable. Pensado para el uso exclusivo de sus afortunados propietarios, se proyectó un amplísimo vestidor y un más que completo cuarto de baño, con un box acristalado de ducha e inmenso yacuzzi. Sin duda, una morada sembrada en el campo, que irá creciendo en vivencias como crece el paisaje que la contiene.

Texto: Dis. Int. Ana Thorschmidt
Fotos: Arq. Heber Guruciaga

Proyecto
Arq. Manuel González
Arq. Agustina González
Tel (0221) 15-431-6440 - ID 574*7867
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