Sólo blancos cubos

**obra de los arquitectos jaime sanahuja rochera y emilio cubillos gimeno,esta imponente villa de verano es el fruto de la acertada disposición deblancos cubos.

Casas 06 de junio de 2013 Espacio&Confort

Ante todo hay que decir que el título de esta nota miente o simplifica al extremo el principio creativo que hace a la belleza de esta villa construida para el solaz de una pródiga familia. Tal belleza no está dada sólo por la atinada ubicación de los blancos cubos con grandes superficies vidriadas que conforman la fachada, ni por las palmeras que se elevan entre ellos, ni por las armónicas relaciones que traban entre sí, sino que a esto se agrega –con igual importancia- la belleza suprema del entorno, incorporado como un elemento más a la estructura.
Oropesa del Mar es un pueblo de ensueño situado junto al Mediterráneo que suma al paisaje de sus playas el de las sierras y las plantaciones de naranjos.
Allí, en una colina costera de la urbanización Torre Bellver, con vista al mar que inspiró a Joan Manuel Serrat, se erige esta casa que saca el máximo partido de los desniveles de la parcela en la que se afinca para cumplir con los deseos de sus propietarios. Una casa sofisticada cuyas formas simples muestran respeto por el paisaje sin mimetizarse con él y sin perder identidad, ejemplo de un modo de pensar la arquitectura en la que lo construido y el entorno se dan la mano, asumiendo cada uno sus virtudes sin intentar copiar las del otro.


De acuerdo a la idea de aprovechar las distintas alturas que la colina provee, se han planteado tres niveles: una planta subterránea, una central en la que se desarrolla la mayor parte de las actividades de la familia, y una superior.
En el nivel cero encontramos un garaje con capacidad para varios autos, espacio para guardado, cuarto de máquinas, habitaciones y dependencias de servicio. Allí se extiende también un área abierta desde la que nace la escalera-corredor que conducirá a la planta central. Alrededor de ella, en el exterior, crecen las distintas extensiones aterrazadas que hacen del ascenso hacia éstas, un gradual placer para los sentidos.
El área central se divide en dos alas que responden a la fragmentación de volúmenes que puede observarse desde la calle. En una se ordenan el estar, el comedor, la cocina-comedor con lavadero, la despensa y la terraza principal (conectando la casa y la piscina) con una dilatada zona semicubierta en la que se luce la parrilla; en la otra se ubican los dormitorios y baños de los hijos y, bien distanciada, la suite para el matrimonio, con vestidor y un baño más que completo.

Por último, en la planta superior, hallamos las habitaciones destinadas a los huéspedes y el estudio, que balconea sobre el estar generando la doble altura que también sirve para equilibrar el total de la composición.
Ahora, a la maravilla de estos cubos blancos afincados sobre la maravilla natural, se pliega una decoración que no peca de excesos ni de falencias, sino que, antes bien, coopera con la idea de respetuosa armonía instalada desde los cimientos mismos de la villa y, al mismo tiempo, exhibe con orgullo su carácter mediterráneo aunque presentándose como una versión claramente moderna de él.
Por eso, el blanco que en la fachada es apenas interrumpido por el vidrio, la carpintería de aluminio y la madera del portón, es en el interior dueño y señor absoluto de pisos, cielorrasos, paredes y cortinas. Y si la madera volverá a hacerse presente en algunos muebles, aberturas, y detalles de la escalera, reenviando esa calidez sencilla y nada estridente propia de las casas de la región, serán principalmente los aportes del metal y el negro los que traerán a escena la referencia moderna. Eso y ciertos juegos estéticos que ganan personalidad para la ambientación.
Un ejemplo de estos últimos es la duplicación del estar generada principalmente a través de la repetición casi idéntica del mobiliario, en el que se destaca el sillón de cuero negro y respaldo único cuyos asientos se orientan a ambas áreas. Otro es la distribución en toda la casa (incluyendo los baños) de pinturas abstractas en blanco y negro dotadas de un tamaño que sólo la dilatada anchura de las estancias podría permitir.
Por lo demás, la cocina con sus modernísimos electrodomésticos de acero, su isla (también replicada) y su madera es el ejemplo perfecto de un balance entre los elementos ya señalados que las sillas de ratán con base de metal que acompañan la mesa del comedor y la clara austeridad de la suite no desmienten.
Volúmenes cúbicos, disposición razonada con el entorno y una creatividad que vincula lo internacional y lo local son las claves de  una arquitectura capaz de generar bellezas como esta.•


Fotos: Cedidas por el Estudio
Texto: María Soledad Franco


[ INFORMACIÓN ]
Tipo de proyecto: Vivienda unifamiliar
Ubicación: Oropesa del Mar. Castellón. España
Año de construcción: 2003


[ PROYECTO ]
Jaime Sanahuja Rochera
Emilio Cubillos Gimeno
C/ Denia, 37 Bajo. Valencia
www.jaimesanahuja.com


 

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