En el desierto de Néguev, Israel, comenzó la construcción de la que será la torre solar más alta del mundo. Financiada por la empresa estadounidense General Electric, la francesa Alstom y el fondo privado israelí Noy, el emprendimiento forma parte de un proyecto gubernamental que será finalizado en 2017 y que se estima costará 570 millones de dólares.
El nombre de esta torre es Ashalim y tendrá una altura de 240 metros. El objetivo de este megaproyecto es que el 10% de la energía del país provenga de fuentes renovables para el año 2020.
Al pie de la torre se extenderá un campo de 300 hectáreas cubierta de espejos que reflectarán los rayos solares hacia lo alto de la torre, hacia una zona llamada “la caldera” o “calentador” (que lucirá como una lámpara gigante), que alcanzará una temperatura de 600 grados y generará vapor que producirá la electricidad. Por otra parte, cabe destacar que todo en el proyecto se encontrará conectado vía WiFi, (en vez de cables), con un diseño seguro que permitirá alcanzar la máxima rentabilidad.
Dejando una pequeña huella ambiental, con bajos costos de electricidad, así como reducidos gastos globales de toda la obra, Ashalim se constituye en un emprendimiento que reafirma la premisa de que la energía solar ya forma parte de la vida cotidiana de los israelíes, gracias a los paneles solares instalados en los tejados de las viviendas.
Fuente y fotos: General Electric
www.gerenewableenergy.com