Color y algo más

Existe un refugio secreto y apacible, en nuestra costa atlántica que conjuga perfectamente, la belleza del bosque de añejos pinos, con estilo, confort y funcionalidad.
Esta casa, ubicada en Costa Esmeralda, un paraje de fábula y a no muy lejos del mar, esta plagada de cuidados detalles, confabulados para un disfrute pleno del día a día de cada uno de sus ocupantes.
La vivienda, rodeada de una acuarela de vegetación y con el permanente canto de los pájaros, esta diseñada de forma tal, que se aprecia toda su estructura desde varios puntos de perspectiva.
Este paraje de almas, se integra armoniosamente en el paisaje natural, sin agredir este privilegiado entorno, dominado por el intenso azul del cielo marino.
En su frente, un juego tranquilo de planos, rectas y volúmenes, se expresan a través del color, textura y fuerza de los materiales naturales que la envuelven. Una dicotomía plástica, que coexiste en perfecta armonía visual, donde el sol no solo determina la orientación del edificio sin que, silenciosamente, penetra en cada uno de sus cuerpos, inundando todos sus recintos con su cálida luz.

Este solar, concebido en dos niveles, se desarrolla a lo largo de una planta rectangular. En planta baja, se ubica la cocina, el comedor diario, servicios y los dormitorios de los niños. En el piso superior, la suite principal, el estar y comedor.
Los infinitos detalles que pueblan esta residencia, tanto su arquitectura como en su interior, revelan una manera muy particular de vivir cada espacio, con una inequívoca sensación de cobijo y calidez. Intimo y colorido, el interior de esta vivienda, refleja el personal estilo de la dueña de casa, cuyo ojo ha ido escogiendo, sin prisa ni pausa, una vasta colección de muebles clásicos y objetos decorativos.
Un mix de formas y colores que aportan carácter a cada una de las estancias.
El uso del color y la audacia en el momento de crear la ambientación interior, inducen a expresar, una y otra vez, las palabras alegre y ecléctico, para definir este trabajo. Un estallido irreverente de colores y elementos decorativos que definen la estética de cada estancia.
Aquí no hay convencionalismos, las texturas más diversas dialogan sin estridencias, lo moderno se añeja y lo antiguo rejuvenece.
Una apuesta segura para lograr una atmosfera acogedora que se potencia con la soberbia vista del bosque.
El placer de recibir amigos y la familia, se reflejan en la manera en que se dispuso su arquitectura interior, destinando gran importancia a las áreas más sociales que disponen de todas la comodidades.
Dejándose llevar por el abrazo de una panorámica natural que hipnotiza, el estar, sede de amenas tertulias, invita a sentarse y relajarse.
Un amplio recinto que se centró en función de una original chimenea y que, religiosamente, se prende todas las tardes de invierno. La explosión de  color que se percibe en el estar, no cede terreno en el resto de las habitaciones.
El clásico damero del piso de la cocina, en blanco y negro, contrasta con el verde de la pared y detalles en rosa fuerte. Un tratamiento cromático que, silenciosamente, preside las escenas de la vida cotidiana que se suceden en este recinto. Un ámbito, de secretas y exquisitas recetas que nutren cálidas y amenas reuniones familiares.
La sala de juegos, es la “zona liberada” y “exclusiva” para los seis niños de la casa. Un espacio lúdico, con toques divertidos, como sus propias obras de arte que se exponen orgullosamente sobre las paredes en azul eléctrico.
Cada dormitorio tiene un trato personalizado. Una atmósfera única en la que los géneros y mobiliario, atienden al diseño. Un verdadero desafío de la imaginación a la visión del espectador.
El cuarto de la única niña, refugio de sueños y travesuras, irrumpe con su propio estilo. Una acertada composición, muy femenina de por cierto, donde  se tuvo en cuenta el color – la gama de los rosados - , los materiales – acolchado con motivos geométricos y etéreas cortinas a tono -, y el universo de fantasía que envuelve la vida de la pequeña propietaria.
La suite principal, engamada en los tonos arena, genera un clima apacible y romántico que induce al buen descanso.
Un juego de imágenes y color, acontece en el cuarto de los niños, induciendo a sus ocupantes, a ensoñar con grandes travesías marinas.
Esta residencia, transformada en una alquimia poderosa, es un sortilegio inexplicable para quien la habita, ya que, sucumbe a su encanto y no puede dejarla de ahí en más.~

Texto: Dis. de Interiores Ana Thorschmidt
Fotos: Diego Medina - DC Fotografía