Sin fronteras

La imponente casa que usted está viendo ahora es producto de la imaginación de un equipo de trabajo comprometido con los requerimientos del cliente, la consideración del terreno y, por supuesto, del entorno que lo circunda, esto es, el barrio cerrado Fincas de Iraola I con sus grandes parcelas arboladas. Con arreglo a estas coordenadas se decidió que la edificación mantuviera un vínculo indisoluble con su verde interior, abrazándolo y expandiéndolo a la vez fuera de sus propios límites.

Implantada apaisadamente sobre un terreno privilegiado, con características únicas en el barrio, la casa de dos plantas despliega su contundencia volumétrica y su materialidad austera hacia la calle. La innegable impronta contemporánea de su diseño se aprecia en las líneas netas y en el predominio del blanco y del vidrio. Para proteger a los moradores de posibles miradas indiscretas sin restar luminosidad –la abundancia de luz natural es otro de los pilares de la casa- en la planta alta se ha diseñado un armónico brise-soleil.
La alfombra de pasto que acompaña el necesario retiro de calle funciona como un anuncio de lo que se vivirá al atravesar el umbral: en la fachada trasera la preeminencia del vidrio es total; con ello se crea el vínculo indisoluble con el verde ya mencionado, pero también con el cielo, la luz y el agua, es decir con los elementos de la naturaleza más asociados a lo vital. En tanto, el muro cortina vidriado de la fachada se proyectó cuidadosamente, teniendo en cuenta la ubicación y la estructura de la vivienda.
La planta baja acoge las áreas sociales que se expanden a la galería con parrilla, a la piscina y al espacio abierto propio, tratados como paisaje. La ya de por sí considerable amplitud de estas áreas –básicamente  el estar a doble altura, la cocina  y el comedor, más toilettes y una zona de apoyo que incluye quincho- se ve reforzada por la ausencia de divisiones y la continuidad establecida a partir del blanco en las paredes y la madera como piso único. La sectorización se opera gracias a un mobiliario que podríamos calificar de sobrio y elegante, aunque no exento de gracia y detalles alegres.
La escalera que conduce a la planta alta, también revestida en madera, parte del estar. En esta planta se dispondrán los dormitorios, uno para cada uno de los hijos de la familia (marcadamente personalizados de acuerdo al gusto respectivo) y la suite, dotada de un vestidor de ensueño y de un balcón terraza con jacuzzi que mira a la piscina, no menos soñada. Todos los dormitorios se benefician además de las visuales largas que ofrece un espacio verde posterior vecino, confiriendo a los habitantes una atmósfera de vida relajada y serena. 
Cada detalle ha sido cuidado. Las lámparas son un hallazgo.  El predominio en los baños de los tonos tierra, la madera y el mimbre, contribuye a resaltar esa atmósfera de serenidad que la casa irradia. 
El paisaje penetra en cada uno de los rincones y, a su vez, toda la vivienda es parte del paisaje. No hay límites infranqueables entre ambos, más bien una relación simbiótica.

Fotos: Leandro Arévalo
Texto: Soledad Franco

[ INFORMACIÓN ]
Tipo de proyecto: Vivienda unifamiliar 
Ubicación: Fincas de Iraola I
Año: 2016
Superficie del terreno: 840 m²
Superficie construida: PB + PA: 323 m²
Semicubierta: 44 m²

[ PROYECTO ]
Arquitectos: Luis Sarracini – Gabriela Pardo 
Colaboradores: Arqs. Romina Estela - Agustina Sordello - Javier Antúnez 
Tel: (011) 42247990
[email protected]
Constructora: On Consultora